GENERALIDADES
Un niño tiene necesidades educativas especiales cuando manifiesta algún problema en su escolaridad que requiere atención específica y más recursos educativos de los habituales. Estos niños tienen problemas individuales muy variados, transitorios o permanentes, como déficit de atención, sensoriales o motores, así como hiperactividad, dificultades de lenguaje o de comunicación. Estos problemas suelen generar trastornos de conducta, emocionales y físicos, y dificultades en las relaciones sociales y de desarrollo.
Las dificultades para aprender interfieren con las tareas escolares. Como las mismas habilidades que se necesitan para dominar esas tareas son necesarias en otras actividades de la vida diaria, los niños también tienen dificultades en los juegos, para seguir reglas, hacer las tareas de la casa, vestirse, hacer mandados o seguir una pequeña conversación, es decir, si un niño tiene problemas para aprender en la escuela, frecuentemente tendrá dificultades en otras actividades de su vida diaria que alterarán las relaciones con los maestros, la familia y los niños de su edad.
El educador es un elemento central por excelencia después de los padres de familia en el proceso de la integración escolar: si no se capacita, si no tiene actitud favorable, voluntad y motivación, cada proceso fracasará; además, requiere apoyo de un equipo multifuncional calificado y participación de la familia en dicho equipo para estar al tanto de cuánto se le puede exigir al niño y cómo se puede apoyar.
El docente debe asumir y adoptar metodologías practicas para esos alumnos con necesidades especiales, aunque al principio cuesta mucho, pero al final se trae una gran satisfacción.
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